Vida de San Marcelino Champagnat


INTRODUCCIÓN

En las siguientes páginas se pueden revivir los episodios más significativos en la vida de Marcelino Champagnat.
- En primer lugar, aparecen imágenes de los cómics de Gregorio Domíguez superpuestas a otras con los escenarios reales en los que se desarrolló cada pasaje, tal y como se encuentran en la actualidad.
- Cada página continúa con una referencia bíblica que puede dar un sentido más amplio al momento descrito de la vida de Marcelino.
- Las completan unas poesías de la obra "Memorial de la espuma" del marista navarro José Luis Vallejo Marchite.


 

NACIMIENTO, 20 DE MAYO DE 1789

- Nace Marcelino Champagnat, un 20 de Mayo de 1789, en los albores de la Revolución Francesa, en la aldea francesa de Rosey. Un día más tarde, festividad de la Asunción, es bautizado en la iglesia de Marlhes.


- "Yo os bautizo en agua para que os arrepintáis; pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y yo no soy digno de descalzarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego." (Mc 3, 11).



- No consientas, hermano, que la tarde se torne oscura de repente y deja que resbale la luz muy lentamente hasta la cima. La luz se va sendero arriba tan gozosa que enciende un nuevo afán en cada loma. Quema en la paz los últimos recuerdos: La Valla, Rosey, Marlhes y aquel viejo molino Champagnat llamado "Écoute s'il pleut" donde alcanzó al amor de su primavera, y quédate escuchando junto al río, debajo del cerezo...




EXPERIENCIA EN LA ESCUELA DE MARLHES

- Marcelino deja su hogar para ir a la escuela de Marlhes, pero su primera experiencia es muy negativa ya que el maestro golpea duramente a un compañero. Decide no volver y regresa a su aldea para cuidar el ganado de casa.


- "Al que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, más le valdría que le ataran al cuello una rueda de molino y lo tiraran al mar. Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtatela. Más vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos al fuego que no se apaga." (Mc 9, 42-43).



- Al son de las esquinas -talán, talán- la tarde se duerme tranquila. ¿Adónde vas, pastor, con el hato de ovejas -talán, talán- si aquí no crece la hierba?. La tarde se duerme -talán- se duerme; el pastor -talán- responder no quiere.

SERÉ SACERDOTE, DIOS LO QUIERE

- En las vacaciones de Pascua de 1803, el Señor le sale al encuentro y le invita a dedicarle su vida. "Seré sacerdote, ¡Dios lo quiere!" contesta Marcelino, y con 17 años se dirige al Seminario menor de Verrières. Pese a que le ponen en la clase de los principiantes logra aprobar, merced a su gran esfuerzo, todos los cursos. El primero de enero de 1813, entra en el Seminario Mayor de Lyon.


- "Entonces Samuel preguntó a José: ´¿Están aquí todos tus muchachos?´. Él contestó: ´Falta el pequeño, que está guardando ovejas´. Samuel le dijo: ´Manda buscarle´. Era rubio, de buen aspecto y de buena presencia. Y el Señor dijo: ´Levántate y úngele, porque es éste´. Samuel tomó el cuerno de aceite y le ungió en presencia de sus hermanos. El espíritu del Señor se apoderó de David a partir de aquel día." (1 Sam 16, 11-13).



- El crudo aldabonazo resonó en mis entrañas. Fuego puro, su voz arrebatada, tras incendiar los vientos y reducir los trigos a pavesas, ardiendo se me quedó en lo hondo. Desde entonces no puedo recrear sus palabras al margen de su voz.



ORDENADO SACERDOTE

- Tras once años de preparación, una larga lucha por evolucionar interiormente, Marcelino es ordenado sacerdote el 22 de Julio de 1816. Al día siguiente, junto con otros doce compañeros, sube al santuario mariano de Fourvière, en Lyon, para consagrarse a María y prometer solemnemente trabajar con todas sus fuerzas para formar la Familia Marista.


- "El Señor lo ha jurado y no se vuelve atrás: ´Tú eres sacerdote para siempre...´" (Sal 110, 4). "Pues siempre que coméis este pan y bebéis este cáliz anunciáis la muerte del Señor hasta que vuelva." (1 Cor 11, 26).



- Sé, María, -¡oh certeza sospechada!-, que en tu entraña se centra la ternura y que la flor más alta es tu amargura y el dolor tu sonrisa más alada. Que, oculta entre ladridos, tu mirada busca siempre, señora, la figura del Hijo, que ante ti se transfigura en la triste mañana calcinada. Que es sobre Dios donde tus ojos besan y sobre el Hombre, al fin, donde posan para sellar el más sublime encuentro. Y que, aunque como dardos te atraviesan mil ojos homicidas, en su centro sus ojos y tus ojos se desposan.

LLEGADA A LA VALLA

- Ordenado sacerdote, Marcelino es nombrado coadjutor de la parroquia de La Valla, una aldea localizada en las colinas al pie del Mont Pilat. Llega el 12 de Agosto de 1816 y toma posesión tres días más tarde. Cuenta, entonces, con 27 años.


- "Pero el Señor me respondió: ´No digas: ¡soy joven!, porque yo te envié, irás; y todo lo que yo te ordene, dirás. No tengas miedo de ellos, porque yo estoy contigo para protegerte, dice el Señor´. El Señor extendió su mano, tocó mi boca y me dijo: ´Yo pongo mis palabras en tu boca...´" (Jer 1, 7-9).

- Contra las peñas un enjambre de casitas, una fuente y una iglesia. ¡Oh, cómo destaca el ábside entre las ramas ya un poco secas de algunos álamos y hayas!. Llegué con la niebla a cuestas y el frío anclado en la cara, sin saber dónde tenía los guantes y la bufanda. Y me fui como quien deja colgado el humo dormido de las altas chimeneas.

EL JOVEN MONTAGNE

- Asiste a un joven moribundo de 17 años, Juan Bautista Montagne, que no conocía a Dios. La memoria de esta experiencia ataca frecuentemente a Marcelino y, por ello, decide fundar los Hermanos Maristas. Hace partícipe de sus proyectos a dos muchachos, Juan María Granjon y Juan Bautista Audras, con los que forma la primera comunidad. Para sustentarse fabrican clavos y, el resto del tiempo, lo emplean en el estudio y la oración.


- "Los cielos narran la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos, un día comunica el pregón al otro día y una noche transmite la noticia a la otra noche." (Sal 19, 2-3).



- "Porque el árbol es leña para el fuego", adéntrame en el bosque. Deja al río correr por este valle a su albedrío hasta encontrar su mar y su sosiego. Presta, Señor, oídos a mi ruego, ya apenas voz, de leñador sombrío, que estoy bajo un intenso vocerío dando hachazos al aire como un ciego. Como el río, Señor, sigo el camino hacia mi mar: el robledal cercano donde a talar el árbol me convida. Cuando quieras, Señor de mi destino, arrebátame el hacha de la mano y tala el viejo roble de mi vida.




LOS HERMANITOS DE MARÍA

- El 2 de Enero de 1817, Juan María Granjon y Juan Bautista Audras fundan la primera Comunidad de los Hermanitos de María. Bajo la prudente guía espiritual del Padre Champagnat nuevos miembros son educados para enseñar el Catecismo a niños y adultos. En Noviembre de 1819 Marcelino asignó a sus primeros hermanos a la escuela de La Valla, su tierra natal.


- "... y les dijo: ´El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí, y el que me acoge a mí acoge al que me ha enviado; porque el más pequeño entre todos vosotros, ése es el más grande´." (Lc 9, 48).

- Como en tiempos del padre Champagnat, descalza, entre cerezos y manzanos, corre el agua del Gier. Si escuchas, oirás el himno del agua que viene desde siglos y recorre la huerta, besa el muro y se pierde cantando dulcemente tu nombre. Es el Gier la cantata de los nombres: Marcelino, Francisco, Estanislao, Juan Bautista, Silvestre, Juan María, Bartolomé, Jerónimo, Lorenzo... Deja tu corazón, desde hoy, alerta frente a ese misterioso mano a mano que es la vida.

"ACORDAOS, OH PIADOSISIMA VIRGEN MARIA"

- En el invierno de 1823 Marcelino va a visitar a un marista enfermo acompañado del hermano Estanislao. Camino de regreso una tormenta de nieve les hace desfallecer. El padre Champagnat suplica "Acordaos, oh piadosísima Virgen María...", y una luz les guía hacia una casa cercana.


- "Una gran señal apareció en el cielo; una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza." (Ap 12, 1).

- Dos viajeros. Puñales de soledad clavados en el paisaje yerto. La tarde se ha dormido en un ocaso de acero. Los caminos -geometría en mi errado pensamiento- son huellas de tristeza y cansancio. Todo es virgen -crepúsculo y palabras- en este corporal aniversario. El viento, con bordón de peregrino, ríe y llora en el ansia del nevazo. Tal vez la muerte acecha en los recodos de un círculo sin fin. Los labios, cárdenos de nieves, Marcelino, te sollozan palabras del Hermano Estanislao en tus brazos, que miden la distancia hasta Dios en el gesto inmortal del Acordaos. Hincado de rodillas, en tus ojos, enfermos de alegría, el rojo llanto del corazón se asoma temblando ante las luces del milagro. ¡Gracias! Y el cielo ríe en el ansia infinita del nevazo.

L'HERMITAGE, CORTÓ LA ROCA

- El 13 de Mayo de 1824 son comprados los terrenos del valle del Hermitage y comienza la construcción de una nueva casa para los hermanos. Nace de la misma roca, ocupa su sitio y es necesario destruirla. Las dificultades que presenta llevan a los obreros al desánimo, pero Marcelino coge una maza y la golpea con tal fuerza que saltan los trozos como chispas en una fragua.


- "Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los que la construyen..." (Sal 127, 1). "Según el don que Dios me ha concedido, yo puse los cimientos como buen arquitecto, y otro construye el edificio. Que cada uno mire cómo construye." (1 Cor 3, 10). "Se parece a un hombre que al construir su casa cavó, profundizó y puso el cimiento sobre la roca; cuando luego vino la crecida y el río se precipitó sobre la casa, no pudo derruirla porque estaba bien cimentada." (Lc 6, 48).



- He vuelto a esta mansión enamorada vulnerado de amor, la carne viva, en pie la savia, la ilusión cautiva de un no sé qué que me arde en la mirada. He vuelto hasta la ROCA, hasta el venero donde aún el agua es casta y brota la herida y al Gier convierte en llama enardecida como la luz penúltima al estero. He vuelto, y vuelvo, y volveré sitiado, que no vencido, con la sangre alerta como el amor empavesado y lento, para dar al descuido mi cuidado y, descalzo, perderme por la huerta al hilo sólo de mi pensamiento.




PARÍS, SÓLO PALABRAS

- El 17 de Enero de 1838 Marcelino y un hermano viajan a París para intentar la aprobación legal de los Maristas. Pasan tres meses de despacho en despacho sin conseguir nada más que buenas palabras. Sería el 9 de Enero de 1863, más de veinte años después de la muerte del Padre Champagnat, que el papa Pío IX aprueba en toda la Iglesia a los Maristas.


- "Él da grandes victorias a su rey y otorga su favor a su Mesías, a David y a su descendencia para siempre." (2 Sam 22, 51).

- No puedo repetir: "Que no hagan callo las cosas", como dijo el gran poeta. Vivo de bruces frente a tantas cosas... ¿Dónde estás Tú, mi Dios?. ¿Por qué te alejas, te escondes o me burlas cuando el llanto no logra romper diques, y se queda requemándome el alma?

EL HERMANO FRANCISCO, SU SUCESOR

- La salud de Marcelino inquieta hace algún tiempo. Por ello, alguien debe sucederle en la dirección del Instituto. Se hacen votaciones entre los 92 hermanos que se encontraban en L'Hermitage en unos días dedicados a la oración. El 12 de Octubre de 1839 el hermano Francisco resulta elegido.


- "Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella." (Mt 16, 18).

- Hoy he encontrado a Dios en este valle del Hermitage, donde Marcelino talló la roca, viento provocador, respuesta deseada, caricia en flor de vuelo, trino y hálito, agua fecunda: AMOR. Y esta alegría arrebatada pugna por desasirse y por alzar el vuelo hacia los cuatro puntos cardinales donde aún florece y vive la esperanza.


TESTAMENTO ESPIRITUAL

- Y llega la hora del adiós. Pasadas las cuatro de la mañana del 6 de Junio de 1840, y mientras los hermanos rezan la Salve, muere Marcelino.


- "Los arrebatas como un sueño mañanero, son semejantes a la hierba que brota: sale y florece a la mañana, y a la tarde se marchita y se seca." (Sal 90, 5-6).



- Todo se acaba: la alegría y la tristeza, la implacable sed y el agua. Todo se apaga: la fiebre que arde en tus ojos y la luz de tu mirada. Todo se calla: la lluvia, el viento, los pájaros, tu silencio y mi palabra. Y todo, como la vida, calla, se apaga y se acaba y de las manos se nos escapa.