Canonización, 18 de abril de 1999

UN POCO DE HISTORIA

Una vez beatificado Marcelino el 29 de Mayo de 1955, la Sagrada Congregación de Ritos decreta, el 21 de Junio de 1957, que se vuelva a estudiar su causa con la idea de llegar a proclamarlo Santo.
Un suceso importante luce sobre los demás en el proceso. El 26 de Julio de 1976, el hermano Heriberto Weber Ü, desahuciado por los médicos por las gravísimas complicaciones en su estado general, sana, en Uruguay, de un cáncer de pulmón. El 20 de Febrero de 1998, la comisión de teólogos de la Congregación para la causa de los Santos da su veredicto favorable (6 votos afirmativos y 1 negativo) considerando milagrosa la curación. Los cardenales y obispos, tras los informes favorables de médicos y teólogos, el 2 de Junio de 1998 dan, también, su opinión en el mismo sentido. Además, el 3 de Julio del mismo año, en presencia del Papa Juan Pablo II, se promulga el decreto de autenticidad del milagro atribuído a Marcelino Champagnat, exigido para su canonización.


Por fin, el 9 de Enero de 1999, en Consistorio público presidido por su Santidad, se determina que el 18 de Abril de 1999 Marcelino Champagnat será proclamado Santo.

EL HERMANO HERIBERTO WEBER
VENCE AL CANCER DE PULMON EN 1976

Todo empezó a finales de Mayo de 1976, cuando un fuerte resfriado, una tos seca que no cedía y unos dolores lumbares aquejaron a Heriberto Weber, hermano Marista alemán exiliado en Uruguay. En el sanatorio del Círculo Católico de Obreros "Dr. Luis Pedro Lenguas" de Montevideo, donde ingresó, le cambiaron varias veces de habitación hasta que, finalmente, le llevaron a la sala 117, la reservada a los enfermos terminales.
Aunque siempre tuvo conciencia de su empeoramiento y no perdía la esperanza en ningún momento, solicitó la Unción de Enfermos viendo que sus compañeros de habitación iban falleciendo. Notaba que de día en día perdía fuerzas y, por ello, se entregó a la voluntad de Dios.


El 13 de Junio, a petición del Superior Provincial de Uruguay, los hermanos de la provincia, junto con los alumnos de los colegios maristas, inician una novena a Marcelino Champagnat para pedirle que intercediera por el hermano Heriberto. Y cuando todos temían por el fatal desenlace, la noche del 25 al 26 de Julio se produjo la total curación.

CEREMONIA DE CANONIZACIÓN
18 DE ABRIL DE 1999


Relatada por un peregrino llegado de Pamplona, Navarra
El 18 de Abril de 1999, decenas de miles de peregrinos se congregaron en Roma para celebrar uno de los acontecimientos religiosos más importantes de los últimos años. El fundador de los Maristas, Marcelino Champagnat, fue canonizado junto a los italianos Giovanni Calabria y Agostina Livia Pietrantoni. Unos quince mil componentes de la familia marista asistieron a los actos programados con motivo del evento. Entre los tres mil españoles que acudieron a la ceremonia se estima la presencia de algo más de un centenar de navarros del colegio Santa María la Real de Pamplona.


Dentro del programa de actos preparados al efecto, el viernes 16 por la tarde se podía visitar, en la Casa General del Eur, una exposición con objetos personales de Marcelino, aunque el grupo navarro acudió el día siguiente por los retrasos acumulados en el aeropuerto de Barajas. El sábado 17 por la mañana hubo un encuentro juvenil en el colegio de San Leone Magno y por la tarde un festival musical en la sala Pablo VI en el Vaticano. El domingo, el acto central de la peregrinación, la Misa de Canonización en la Plaza de San Pedro. Finalmente, el lunes, tuvo lugar en la basílica de San Pablo de Extramuros una misa de acción de gracias, y en el mismo escenario que el día anterior una Audiencia presidida por su Santidad, el Papa Juan Pablo II.


En la ceremonia de canonización, presidida por Juan Pablo II, se alternaron los paraguas con las bufandas que con el eslogan "Un corazón sin fronteras" ondeaban cubriendo la plaza de San Pedro del Vaticano. Es significativo que de las ocho plazas que la Santa Sede ofreció para concelebrar la misa junto al Pontífice para todos los maristas del mundo, una recayera sobre el sacerdote navarro Javier Oyarzun, exalumno del colegio San Luis y deán de la catedral de Pamplona durante varios años. Fue el único concelebrante español.


Durante la homilía, en la que dejó entrever la proximidad del Jubileo, el Papa destacó la obra del fundador de los Maristas a favor de los jóvenes y los más necesitados, y quiso ver en él un modelo para padres y educadores. Refiriéndose a las premisas maristas y a la tarea evangelizadora de los hermanos en los cinco continentes, Juan Pablo II dijo que teniendo a María como guía y como Madre, idea repetida en la constitución marista, el cristiano es un misionero y un servidor de los hombres. Poco después rogó a Dios para que muchas más personas conozcan a Marcelino y puedan llegar a ser sus testigos.
Antes de pedir "el precioso don de la paz" para la trágica situación que entonces se vivía en los Balcanes, subrayó el amor total de Champagnat hacia su tarea, y la entrega para formar buenos cristianos y buenos ciudadanos.